Miguel, acompañado del presidente, Hilario Giménez, y otros dos miembros de la asociación, Carlos Queiruga y Juan Sánchez, hace de guía en una pequeña travesía a través del barrio de la infancia de Guti, Ciudad Jardín del Rosario. El autor del taconazo perfecto en Riazor comenzó a desarrollar su visión de juego entre los bloques de ladrillo de «un barrio obrero», en palabras de Miguel, con un espacio ínfimo entre uno y otro y con el tiempo escaso para reaccionar en caso de que un coche apareciese para entorpecer una jugada de gol.