Además, son más caros que los convencionales. Por último, aunque se disponga de un presupuesto ajustado, tras hacer un desembolso importante en comprar una lavadora eficiente y silenciosa, no hay que lanzarse a por los detergentes de marcas blancas de los supermercados. Se debe trabajar para “desarrollar herramientas prácticas, como estaciones de reparación de ropa, que permitan dar una segunda vida a prendas que no se quieren tirar, que solo tienen algún roto o un desperfecto y que se pueden reparar”.